Poco se habla del
Feedback
positivo en comparación con el Feedback de mejora.
¿Cuántas veces te han dicho un piropo tipo: ¡qué guapa/o eres! Y has respondido algo como esto:
- Es que tú me miras con buenos ojos
- Tú que me quieres
- Tú sí que sí
- Tú sí que eres guapa/o
- ¿Y me lo dices tú?
- Bueno, será casualidad, justo hoy me he arreglado un poco más…
¿Por qué nos cuesta tanto responder con un Gracias?
Una de las primeras cosas que explicamos en las organizaciones cuando hablamos del Feedback en la Comunicación, tanto en el positivo como en el de mejora, es en desarrollar la capacidad de escuchar y responder con esta palabra de siete letras: Gracias.
No nos defendemos, no buscamos argumentos… más bien lo contrario, nos abrimos a recibir un punto de vista, una mirada, una opinión de otra persona. Otra persona que tiene su manera de ver la vida, de vivirla, que lleva sus propias gafas… pero sin duda si no escuchamos nunca podremos recibirlo.
Y una vez que lo hemos recibido, de la manera más abierta y honesta posible, sosteniendo la vulnerabilidad, permitiéndonos impregnar por la opinión del otro… podremos decidir soltar ese Feedback o acogerlo, si nos resuena, si nos sirve.
Y si hacemos y predicamos esto a la hora de hablar del Feedback general… ¿por qué algunas veces tenemos el juicio de que ciertas personas son presumidas al recibir un Feedback? ¿dónde está la línea entre ser una persona presumida y ser capaz de acoger y apropiarte de tus fortalezas?
Porque puede haber una creencia limitante de fondo: a mí no me gusta ser protagonista, no quiero llamar la atención, es mejor pasar desapercibida/o…
Si te dan un Feedback positivo, te están viendo. ¿Quizá no estés pasando desapercibida/o? ¿quizá estés llamando la atención? ¿quizá estés siendo un poco protagonista?
¿Y qué te pasa a ti con ser vista/o? Puede dar un poco de miedo mostrarse y dejarse ver…
¿Y si no lo hago? ¿soy capaz de apropiarme de mis fortalezas y dejarme brillar?
¡Qué flaco favor hacemos al mundo haciéndonos pequeños y no dejándonos ver!
Desde luego recibir un Feedback positivo puede resultar tanto o más abrumador para algunas personas como recibir un Feedback de mejora. Pero es tan importante uno como el otro. Y es una habilidad conversacional que se entrena, se entrena y se entrena. Y requiere entrenamiento tanto para la persona que lo da como para la persona que lo recibe.
Te invitamos a reflexionar:
- ¿Qué tipo de Feedback te cuesta más dar, el Feedback positivo o el de mejora?
- ¿Y qué tipo de Feedback te cuesta más recibir, el Feedback positivo o el de mejora?
El hecho de dar Feedback positivo, y no hablamos de darlo solo en las organizaciones, sino en la vida, requiere curiosamente de bastante auto-confianza, valentía y honestidad. Auto-confianza porque al decir algo positivo a otra persona revelamos algo de nosotros -nos dejamos ver, valentía porque al dar un Feedback positivo nos ponemos vulnerables, y honestidad porque es lo que pensamos, sentimos, percibimos… y somos capaces de comunicarlo -más allá de dejarlo como una idea revoloteando por nuestra mente.
Tipos de Feedback positivos en nuestro día a día:
- qué guapa/o estás
- me gusta cómo vistes, me gusta tu estilo…
- admiro la manera en la que hablas a tu hijo cuando está teniendo una pataleta.
- el otro día te escuché hablar sobre tal tema y me emocioné.
- gracias por hablar sobre esto, me ayuda mucho con…
- etc.
Intentamos evitar Feedback como:
- eres un crack
- eres la/el mejor
- me encantas
Por supuesto podemos enunciar frases como estas, pero no serán Feedback positivos como tal, en el sentido de que la persona que lo recibe no se lleva algo valioso y específico, algo con lo que crecer… ¡más allá de llevarse la sensación de estar gustando -que siempre le gusta a nuestro ego, claro!
Al igual que en el Feedback de mejora, cuando damos uno positivo tratamos de ser específicos, claros, yendo straight to the point, en lugar de dar vueltas y vueltas… por eso decimos que requiere valentía.
Así que te retamos a que en los próximos días hagas un experimento: prueba a dar un Feedback positivo al día a alguien de tu entorno. Puede ser a alguien de tu trabajo, a un compañero, a un jefe, a un colaborador… puede ser a un vecino, a una amiga/o, o a una mamá/papá del cole con el que te encuentres a la salida del colegio mientras recoges a tus hijos. Por supuesto también puede ser a tu profesor de guitarra, o a tu entrenador personal… ¡Todo vale!
Compártenos cómo ha sido para ti darlo, y cómo percibes que lo ha recibido la otra persona. Nos encantará leerte.