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Fomentar la concentración teletrabajando.

¡Creemos que con la sobreestimulación a la que nos enfrentamos cada día, evitar perder la concentración durante todo el día laboral es utópico! En nuestra opinión el secreto reside en gestionar nuestras expectativas y nuestro tiempo de manera realista. Compartimos algunos tips sencillos – incluyendo algunos que comentamos también en el artículo de Vogue Business - a incorporar en nuestra rutina:  
 
1/ Todo parte de una buena organización y planificación previa de cara a los to do o tareas importantes. Es importante saber parar todos los meses y dedicarnos un espacio de (re) organización, haciendo retrospección sobre el mes que cerramos y definiendo los objetivos del mes que se abre. Este mismo proceso se puede (¡y bajo nuestro punto de vista, ¡se debe!) replicar a nivel semanal.  
 
2/ De esta forma, será mucho más sencillo aterrizar los hitos que queremos realizar cada día dedicando tan solo unos minutos (preferiblemente a última hora de la tarde o a primera hora de la mañana según nuestro ritmo biológico) para poder empezar la jornada laboral con claridad. ¡Nuestro día será mucho más productivo y viviremos con más paz y serenidad!  
 
3/ Es útil focalizar en las tareas que sí o sí queremos dejar hechas, escoger por ejemplo 3 tareas prioritarias al día. Y aquí bien merece la pena tener en cuenta espacios de tiempo más amplios de lo que creemos, porque si algo hacemos los seres humanos es calcular normalmente tiempos más cortos y alargar demasiado nuestra lista de to do y después estar estresados porque, ¡no nos da la vida!. 
 
4/ Hay algunas tareas que requieren mucha concentración: preparar una presentación o una propuesta, hacer un estudio, redactar un artículo, estudiar etc. En estos momentos necesitamos poder entrar en el flow, esos huecos del día en los que necesitamos la máxima concentración y disponibilidad para poner el foco. Es decir, fluir sin que nadie nos interrumpa. Cuando las tengamos definidas:  
 
Planifícalos estratégicamente y comunícalo al resto de la familia, socios, compañeros, etc… quizá con una señal en la puerta si hay niños pequeños, marcando en el calendario de manera compartida o tratando de establecerla siempre a la misma hora si es posible y así ayudar a crear una rutina y un código que todo el mundo conozca.  
 
¡Póntelo más fácil y desactiva las notificaciones del email, de las RRSS y del móvil!  
 
• Otra cosa que nos ayuda a nosotras mucho en elles Coach es tener en nuestras agendas diferentes colores establecidos en función de las tareas y de la necesidad de concentración, de herramientas, de colaboración etc.  
 
• Otra opción, es simplemente cambiar de lugar: ¡teletrabajo no rima necesariamente con casa! Sobre todo, si compartimos espacio con parejas, compañeros de piso etc. Nos podemos regalar una hora de flow, en una cafetería tranquila, si el ruido de fondo nos llega a incomodar pongamos música agradable en los cascos para crear nuestra burbuja y dejarnos fluir.  
 
Como lo explicamos a los lectores de Vogue Business, existen herramientas muy prácticas y con versiones gratuitas para organizarnos a nosotros mismos e incluso organizar nuestra colaboración profesional y personal: Asana y Trello son muy intuitivas y nos brindan funcionalidades muy interesantes como un sistema de etiquetas (“tags”) y colores.  
 
Dicho esto, en el día a día del teletrabajo hay interrupciones que no podemos proveer y con las cuales no nos queda más remedio que lidiar. ¿Qué hacemos con ellas? Si llaman a dejar un paquete, por ejemplo, lo más probable es que vayamos a abrir la puerta. ¿Cómo nos volvemos a concentrar?  
 
- Por un lado, volvemos a incidir por aquí lo compartido en la revista de moda nos servirá precisamente haber contado con los llamados “buffers”. Estos espacios de tiempo que nos permiten asumir posibles desviaciones de tiempo en una tarea o proyecto, más amplios de tiempo en la agenda en la planificación, de tal manera que “contemos” con estas interrupciones y no sintamos que vamos todo el rato con la lengua fuera, algo que sin duda nos generará mucho estrés
 
- Además, podemos aprovechar a hacer unas respiraciones entre recoger el paquete y volver a concentrarnos. Para hacer una transición y volver a coger el foco.  
 
- Por otro lado, como salió en la revista Vogue Business, quizá, esa llamada en la puerta nos permita estirar las piernas, mover el cuerpo, beber agua o hacer un pequeño descanso que tantas veces se nos olvida y que tan necesario es para seguir con las pilas cargadas.  
 
- También, desarrollar el autoconocimiento: de nosotros mismos y de nuestro contexto. Por ejemplo, será importante saber si somos más productivos trabajando de mañana o de noche. Probablemente tanto a primera hora como a última tenemos la posibilidad de disponer de franjas horarias con menores distracciones familiares como interacciones laborales. ¿Eres búho o alondra? 
 
- Como lo comentamos en Vogue Business, márcate 3 prioridades cada día. Aquellas que sean importantes y urgentes que quieres hacer hoy sí o sí, y ve a por ellas. Por supuesto aquí entra lo laboral y lo personal, sepáralo para no confundirte, pon un espacio delimitado a cada rol de tu vida.  
 
- Date recompensas: cada uno tiene las suyas… pero es importante concedernos estos “premios” por el trabajo bien hecho y dejar espacio para la celebración.  
 
- Dedica unos minutos cada 2 horas a levantarte de la silla, estirarte, y darte pequeños paseos por casa (¡aunque sea a rellenar el vaso de agua!). 
 
- Bebe agua, hidrátate. Parece obvio, pero a veces entre call y call se nos olvida lo más esencial (y acuérdate, el café y el té deshidratan, no hidratan). 
 
- Si todavía te cuesta… ¡aprende a decir que no! Es parte indispensable para priorizar.  
 
- ¡Se flexible y cariñoso contigo mismo! Estamos en una época de continuos cambios de planes y la flexibilidad y el sentido del humor son cruciales para adaptarnos. ¿Quién no ha visto desde este confinamiento a niños apareciendo en videoconferencias? ¡Relativicemos! 
 
- Trabaja de la manera más “portátil” posible: ya sea con el móvil, portátil, etc… esto te dará mucha flexibilidad.  
 
Por ejemplo, hay tareas que podemos hacer en el coche esperando a recoger a los niños del colegio con el propio móvil… otras que requieren de alguien más… y algunas que quiero hacer el día que tenga un estado de ánimo determinado.  
 
Nosotras hemos empezado a marcar en nuestra herramienta de trabajo algunas tareas con la etiqueta “móvil”. Y estas tareas muchas veces las hacemos aprovechando cuando salimos a caminar y hacer ejercicio. ¡Todo vale! Lo importantes es poder parar unos minutos para planificarse.  
 
¡La regla de los 3 minutos! Que también compartimos en Vogue Business Ante toda tarea que nos llegue de repente nos haremos la siguiente pregunta: ¿la puedo hacer en menos de 3 minutos? Si la respuesta es sí, la hago y me olvido (a parte del chute de dopamina y bienestar por “habérmelo quitado”), si la respuesta es no la vuelco automáticamente a mi lista de To do.  
 
- Multitasking: teléfono, whatsapp, emails, llamadas…. Obviamente necesitamos estar conectados, y además el teléfono hoy en día supone una herramienta de trabajo. Pero es fundamental tener espacios de tiempo en los que estemos focalizados en una sola actividad. ¡Y ojo, porque esto es todo un reto hoy en día! 
 
- Picar a deshoras. Estando en casa y con la nevera cerca las posibilidades de vernos tentados de ir a la cocina se multiplican. Procura ser estricto con tus rutinas de comidas y tener siempre en la mesa agua. Además, sino las infusiones siempre nos darán sensación de saciedad para seguir focalizando en el trabajo y no distraernos con la comida.  
 
- Escuchar demasiado la información del exterior. Sobre todo, en estos días, selecciona muy bien qué momento del día vas a elegir para ver las noticias, escuchar la radio o ver YouTube. Estamos sometidos a mucha información y saber racionarla resulta clave.   
    
- Es importante trabajar por objetivos y saber claramente cuáles son y que se espera de nosotros. Tenemos la creencia (¿limitante?) de que, si no nos ven, no vamos a poder demostrar que trabajamos. Aquí la flexibilidad y el trabajo por resultados resultan cruciales.  
 
- Responsabilidad. Si tú eres capaz de ser responsable con tu tiempo y con tu trabajo el resto de personas también lo son. La cultura de la Confianza es imprescindible para que este nuevo marco de trabajo funcione.  
 
- Háblalo en el trabajo y propón proactivamente posibilidades para ofrecer una visibilidad u acordar unos objetivos que os parezcan realistas y justas a ambas partes.  
 
Y si no estamos en casa, ¿qué podemos hacer para que nos concentremos en una videollamada de trabajo? 
 
Si no estamos solos en casa, trataremos de que haya el máximo silencio posible siempre que esto sea posible. Para ello: 
 
- Cuidaremos el lugar en el que ocupemos para la video llamada. Si es posible contar con un espacio en el que podamos estar solos mejor.  
 
- Avisar al resto de la familia o convivientes de que vamos a iniciar una video llamada. Simplemente diciéndolo en el momento o mejora aun planificándolo siempre que sea posible. Tal y como decíamos antes, quizá podamos tener un signo en la puerta que todo el mundo en la vivienda identifique como de: no disponible! 
 
- Y en el caso, y solo en el caso, de que haya ruidos y no podamos hacer nada al respecto: poner cascos y activar el mute siempre que no estemos interviniendo nosotros en la videoconferencia, disculparnos con autenticidad y vulnerabilidad ante el resto de personas asistentes… y si algo nos ha aportado esta situación, es humanizar el entorno laboral, así que relativicemos, si hay un niño pequeño llorando dejar claro que: el niño está atendido, para que de alguna forma todos los asistentes puedan focalizar en el asunto y no dejarse distraer por el ruido de fondo. 

Por Leïla Salamat - de Blignières 31 oct, 2024
Es un concepto que traemos en todo lo que hacemos desde ellas Coach tras tratar una temática o situación concreta, preguntamos ¿cuáles son los pequeños cambios que quieres llevar a cabo? Empezar con pequeños pasos, de un nivel de intensidad y dificultad razonables es clave para no procrastinar y empezar desde ya y no desmotivarnos y abandonar en el camino. Siempre animamos a que estos baby steps sean lo más SMART posible. Me gusta siempre ponerlo desde la perspectiva de las 4 fases del aprendizaje de M. BROADWELL que explique en este artículo y que recuerdo por aquí: • Incompetente inconsciente : no soy consciente de mi “incompetencia”, es decir, no sé que no sé. • Incompetente consciente : ya me he dado cuenta de que no sé por lo que me pregunto qué es lo que quiero hacer con esta nueva información: lo quiero cambiar o me compensa más seguir como estaba. Si decido cambiar algo, entonces pongo en marcha un plan de acción que me lleva al siguiente escalón: • Competente consciente : y poco a poco, a base de baby steps, poniendo atención, siguiendo conscientemente un plan, de acción probando cosas nuevas y ajustando cuando no me funciona algún experimento (¡con auto compasión siempre!), empiezo a ser competente. Poco a poco, creo un nuevo hábito, una nueva competencia. • Competente inconsciente : cuando ya hemos implementado el hábito hasta tal punto que lo tenemos literalmente incorporado (incorporado viene de in corpore , dentro del cuerpo), y no necesitamos pensarlo o planificarlo conscientemente. Esta nueva competencia, este nuevo hábito, se convierte una rutina. Podemos situar estos babysteps, estos pequeños cambios en el escalón 3, el escalón del “competente consciente” – y como dice el gran Einstein “ es una locura seguir haciendo lo mismo y querer obtener resultados diferentes ” así que nos podemos proponer explorar, probar, testar nuevas formas de hacer, ver o “juzgar” las cosas . Suena fácil, pero requiere un esfuerzo consciente hasta convertirlo en un hábito, es decir llegar al escalón 4 de Broadwell, en la “competencia inconsciente”. Estamos acabando el mes de octubre, el mes que para mí significa la verdadera vuelta a la “normalidad”, la vuelta a cierta estabilidad tras el verano, la vuelta al cole y al trabajo. Es un mes perfecto para establecer ciertos cambios, elegir conscientemente algunos baby steps SMART para alcanzar mis metas profesionales y personales . Yo me di cuenta de que tengo una gran tendencia a seguir el ritmo frenético de nuestra sociedad VUCA (Volátil, llena de Incertidumbre, Compleja y Ambigua por sus siglas en ingles), una sociedad aceleradísima…y me veo inmersa en su flujo infinito de “to do´s” por inercia . Uno de mis objetivos es poner consciencia en ello y acercarme al “slow living” aunque solo sea de vez en cuando y poder alternar entre el modo fast y slow . Por ejemplo, he dejado el primer café de la mañana…ya, claro, para muchos esto no significará nada espectacular. ¡ Para mi marca un antes y un después entre una mañana a ritmo “biológico”, un despertar mental y físico muuuucho más lento y una mañana que empieza a ritmo “cafeinado”! Llevo casi un mes, y hasta hoy echo algo de menos el subidón que me daba mi primera taza de café. Era la primera cosa que ofrecía a mi cuerpo tras entre 6 y 9 horas de descanso, ¡iba directa al oro negro y mágico que me ponía en marcha y a tope para estar en el hacer, hacer y hacer un poco más! Y a la vez, veo también lo antinatural que resultaba este chute de cafeína provocando cierto nerviosismo instantáneo que empecé a notar en la aceleración de los latidos de mi corazón pocos días antes de pausar este hábito. Tambien, me he propuesto poner mucha atención en mi reactividad , es un verdadero esfuerzo de consciencia proponerme ver dónde puedo responder en vez de reaccionar. Como dice Viktor Frankl , la diferencia entre reaccionar y responder es un espacio de tiempo “en este espacio tenemos el poder de decidir nuestra respuesta. En nuestra respuesta se encuentra nuestro crecimiento y nuestra libertad. ” …y por esto tengo post-its, alarmas en el móvil, una cruz dibujada en mi mano izquierda como recordatorios para parar y usar esta libertad de la que habla Frankl y seguir creciendo como persona, madre, esposa, amiga… Y por último, me di cuenta de lo que me decía mi voz interna (¡a veces hasta me lo gritaba!) llena de juicio y de creencia limitante “ si no estas en el hacer, no estas siendo productivida, estas haciéndote la vaga, venga muévete ”. Tengo otro post-it que me recuerda la necesidad de alternar entre el hacer y parar . Parar desde el disfrute , el disfrute de no hacer NADA sin juicio para seguir en el camino de la gestión de la energía como comentaba en este articulo (https://www.ellascoach.com/legitimar-la-pausa-regulacion-de-la-energia). Y tú, ¿cómo has empezado el otoño? ¡¿De qué hojitas te vas a desprender para seguir creciendo?!
Por Laura González Ortiz de Zárate 15 jun, 2024
¿Alguna vez has sentido una crisis vital fuerte?, ¿algo que sucede en tu vida e irrumpe con tu supuesta tranquilidad? Te cuento las razones más habituales por las cuales empezamos un proceso de Coaching.
Por Leïla Salamat - de Blignières 23 may, 2024
Una de las cosas que más trabajo últimamente en sesiones individuales es “aprender a decir NO”. Cuanto escuchamos (¡y decimos!) esta frase y qué difícil es aplicarla de verdad, siendo auténticas con nosotras mismas , y sin herir a la otra persona, sin ser o temer aparentar ser una persona egoísta , borde, “poca compañera de sus compañeros” …. Decidir si quiero decir que sí o que no sabiendo que en ambos casos habrá costes y beneficios, es ante todo ser honesta y auténtica con una misma . Cuantas veces, me he oído decir SÍ por inercia, por automatismo, casi como un reflejo: “sin problema”, “claro, mándamelo, me encargo yo”, “por supuesto, para ti siempre tengo un rato” … y luego arrepentirme por no tener tiempo para lo mío o enfadarme por tener que quedarme hasta las mil para poder acabar con mis propios compromisos y prioridades 😊 ¿Os suena? Aprender a decir NO, es un largo camino , desde la autoconsciencia y la voluntad de cambiar , desde el propósito y disfrute de serme leal , de estar conectada conmigo misma , de saber escuchar y entenderme . Un largo camino que cada una de nosotras puede comenzar a su ritmo, según su punto de partida. Durante mucho tiempo, asociaba el decir que no al egoísmo . Si buscamos la definición de esta palabra “fea”, la RAE nos dice “inmoderado y excesivo amor a sí mismo, que hace atender desmedidamente al propio interés, sin cuidarse del de los demás” Culturalmente, no está bien visto decir NO , “hay que ayudar al prójimo” ,ser solidarias y generosas. Sin embargo, si nos fijamos en la definición del egoísmo con cierta distancia emocional y cierto nivel de objetividad , podemos apreciar el abismo entre decir no y ese “ excesivo amor a sí mismo ” y esa necesidad de “ atender desmedidamente al propio interés ”. ¡Una cosa no implica necesariamente la otra! Hace unos años, en el diccionario de ellasCoach definía la asertividad como “la habilidad de una persona a expresar su opinión, defender sus derechos de forma directa y respetuosa, sin intención de herir al otro” Para mí, ubicarme en la escala de la asertividad fue un ejercicio y una herramienta de una grandísima ayuda y la uso muchísimo en mis sesiones de coaching. En esta escala el equilibrio está en el medio, en la asertividad ; punto en el cual conseguimos escucharnos y comunicarnos con respeto y empatía para defender nuestras opiniones, trasladar nuestras expectativas o dar un feedback , y estamos abiertas al punto de vista del otro : la comunicación fluye . Sin embargo, me atrevería decir que la asertividad no es “natural” y que solemos estar en uno de los polos opuestos, - en la pasividad : digo que sí aun pensando no, o simplemente me callo, no opino, me ajusto a lo que dice la mayoría. No hay comunicación por mi parte y esto puede provocar resentimiento y enfado en mi. - en la agresividad : hablo con vehemencia, impongo mi punto de vista o me cierro al punto de vista del otro. Bloqueo la comunicación pues o bien se hace unilateral o provoca agresividad en respuesta por parte del interlocutor. Todos tenemos una preferencia y adoptaremos naturalmente más una respuesta de nivel 10 (agresividad) o de un nivel un 0 (pasividad) . Por lo tanto, la primera parte del ejercicio es ubicarnos en esta escala, ¡puede ser diferente según los entornos en los que me muevo (familia, trabajo, amigos, etc.) o no! Digo un ejercicio porque, para mí, realmente supuso (¡y sigue suponiendo en algunos contextos!) un esfuerzo, a veces lo consigo y otras no . Y está muy bien así, en todos los casos, hoy puedo verlo, pararme y reflexionar sobre lo que me ha permitido ser asertiva o lo que me lo ha impedido para así, poco a poco, poder entenderme y conocerme mejor preguntándome: ¿en qué situaciones me cuesta más? ¿Es más, con la familia? ¿En el trabajo? ¿Con los amigos? ¿Qué siento? ¿Qué me digo? ¿Y qué es lo que temo? A esta última pregunta, hablando con mis coachees , lo que más suele haber debajo de esta incapacidad a decir NO, es que nuestros interlocutores: piensen que soy una egoísta se ofendan no vuelvan a contar conmigo se dañe la relación piensen que no soy capaz Y si vamos un paso más allá, en la profundidad, siendo seres sociales con necesidad de pertenencia, lo que suele acabar saliendo es que tememos que dejen de apreciarnos, de valorarnos y de querernos . Al principio, para mí, estos motivos me eran completamente ajenos: “hombre, no, yo lo hago para ayudar, no hay que darles tantas vueltas a las cosas”. Poco a poco, haciendo el ejercicio en los diferentes contextos de mi vida, sí que había algo de estas aprensiones. Gracias a un gran maestro mío, hoy a mí me gusta verlo como dos caras de la misma moneda: SÍ / NO . Si digo que sí a la otra persona, me digo que no a mí misma : ¿a qué renuncio?, ¿Qué coste tiene?, ¿Me compensa asumir este coste? Si digo que no a la otra persona, me digo que sí a mí misma : ¿en qué me beneficia?, ¿Qué coste tiene para la otra persona?, ¿Y para nuestra relación?, ¿Me compensa? Puedo/quiero compensárselo a la otra persona con un "sí, pero ahora no.."? ¿Te atreves a probar el ejercicio? Te invito a reflexionar sobre ello y a ubicarte en la escala de la asertividad 😊
Por Laura González Ortiz de Zárate 16 abr, 2024
¿Algunas vez has visto sufrir a tu hijo o hija y te han entrado ganas de hacer "lo que haga falta" para evitarle su dolor? ¿te cuesta dejarle espacio para que gane en autonomía a la vez que quieres darle herramientas para que pueda evolucionar y crecer? ¡Te cuento un poco sobre esto y te dejo algunas ideas para poner en práctica!
Por Leïla Salamat - de Blignières 20 mar, 2024
Siento recordaros que, como seres humanos, nuestra energía es finita…sí, por mucho que a veces nos gustaría, no podemos estar a tope las 24 horas del día. Todos somos diferentes y tenemos necesidades variables, algunos necesitan dormir algo más que otros, algunos son matutinos y otros vespertinos, etc. En todo caso, el ser humano necesita alternar entre períodos de rendimiento y de descanso.
Por Laura González Ortiz de Zárate 16 feb, 2024
Uno de los retos a los que nos enfrentamos los seres humanos es el cambio. En las sesiones de Coaching nuestros clientes tienen un aprendizaje cognitivo, algo de lo que se dan cuenta y que, de alguna manera, quieren que cambiar. ¿Qué sucede? Que solo con el “darse cuenta” no es suficiente para que el cambio y la transformación se produzcan.
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