Hablar en público

 ¿Qué herramientas ofrece elles Coach para hablar en público ?


El miedo es una de las emociones básicas en los seres humanos, legítima y presente en todos nosotros. El miedo a hablar en público puede ser por diversos motivos: por miedo a hacer el ridículo, a no saber responder a una pregunta, a mostrarnos vulnerables, a que el público vea que estamos nerviosos, a quedarnos en blanco y un largo etcétera.


En definitiva, es el miedo a ser juzgado y puesto a prueba. Pero tenemos dos buenas noticias a la vista, además de que existen unas cuantas técnicas para perder el miedo a ese momento. Compartimos algunas algunas en Vogue.es y por aquí: 



1) Todos disponemos de recursos para hacerlo. Como coaches creemos profundamente en el potencial de cada persona y en su capacidad para alcanzarlo gracias al cambio, a la evolución propia del ser humano. Es una habilidad que se puede aprender. 


2) Podemos convertir esos nervios y ese miedo en aliados durante nuestro discurso. El miedo en una buena dosis nos hace estar atentos y despiertos. Como todo en la vida, es cuestión de encontrar el equilibrio.




Aunque cada uno tendrá su propia definición y sus propios trucos para llegar “preparado”, recomendamos las siguientes herramientas que pueden ser útiles para antes y durante:



ANTES...

1. Ensaya delante del espejo, grábate con un audio o un vídeo.
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2. Ensaya delante de conocidos.

3. Ensaya con y sin soporte visual y adelántate a posibles problemas técnicos.

4. Cronometra el tiempo de la presentación y gestiona el tiempo en cada uno de tus ensayos
Es importante cronometrarnos tantas veces como consideremos necesarias para asegurarnos de que gestionamos adecuadamente el tiempo. Y según los ensayos, ir quitando contenido o añadiendo información. También ofrecen esta opción la mayoría de los programas que se usan para hacer presentaciones para medir el tiempo.

5. Prepara un plan B que te aporte seguridad y te ayude en caso de que te sobre tiempo. Puedes guardar información adicional al final de la presentación y usarla en caso de acabar antes. O preparar una ronda de preguntas para terminar. Al final menos es más, y más material no significa ir mejor preparado.

6. Si tienes una buena memoria visual –recordar a través de imágenes–, imaginate el guion de la presentación como si fuera un recorrido dentro de tu casa para así retener mejor las ideas
En la introducción entran en el hall y las llaves que hay en el cuenco de la entrada serían el primer punto, la caja de zapatos el segundo punto y la foto en la pared el tercero. Después siguen su recorrido por el salón e igualmente buscan referencias mnemotécnicas para cada punto de presentación a través del recorrido visual de un lugar muy conocido y seguro.

7. Analiza cómo hablan los locutores de un programa de televisión de un informativo para ver cómo vocalizan y las pausas que hacen.

8. Repítete un mantra delante del espejo tantos días como sea necesario para creértelo.

Al fin y al cabo, buscaremos todos los trucos que nos permitan quitarnos presión y hacer nuestra presentación más auténtica.

JUSTO ANTES DE EMPEZAR A HABLAR...

1. Haz una pequeña meditación previa. Por ejemplo, un body scan, una técnica de meditación que consiste en concentrar la atención en tu respiración y recorrer mentalmente cada punto de tu cuerpo, empezando por los dedos de los pies.

2. Respira en 3 tiempos y suelta el aire más despacio (por ejemplo, en 6).

3. Haz una visualización de las diferentes etapas de esa presentación
Visualízate en el momento en el que te enteras de que vas a hacer la presentación, durante los ensayos, el día anterior, antes de entrar en el escenario, durante la misma y después.

4. Haz ejercicios de mandíbula justo antes de empezar a hablar.

5. Reflexiona sobre qué es lo que sí nos aportan estos nervios, intenta no luchar contra ellos sino, poco a poco, al reconocerlos, al ubicarlos en nuestro cuerpo, y al darles legitimidad conseguiremos bajar su intensidad y entender su rol: ¿podrían darnos la fuerza de lanzarnos al escenario? 

DURANTE...

1. Evita hablar deprisa, aunque te cueste. Para ello la clave residen en sentir lo que decimos y no decirlo de forma mecánica.


2. Haz una pausa para hacer una respiración consciente y remarcar un punto importante ...y también para dejar espacio para que el público interactúe.


3. Busca tu punto visual de comodidad durante tu discurso

Hay quien prefiere buscar una cara cocida entre el público, otras personas prefieren mirar a un punto imaginario en el medio y otras hablar directamente ante desconocidos. Pero lo ideal es conectar con todo el público distribuyendo la mirada. En un primer momento nos podemos dar el permiso de buscar y quedarnos en nuestro punto de comodidad y que, poco a poco, a media que vayamos avanzando en la gestión del miedo, podamos retarnos a salir de nuestra zona de confort.


4. Si te sientes vulnerable puedes verbalizar este sentimiento durante la presentación, te ayudará a crear empatía y conexión con el público. Muy pocas personas pueden declarar no haber sentido nunca nervios antes de una presentación.


5. Si te sientes más cómodo sostén  un bolígrafo o un papel en la mano mientras hablas, hazlo, pero te aconsejamos que te grabes antes para ver si juegas demasiado y poder así corregir esos gestos para que no capten la atención del público.

Si el miedo puede provocarte temblores, tener algo en la mano no es muy recomendable. 


6. El lenguaje no verbal juega un papel importante en la comunicación y las manos pueden ayudar a emitir un mensaje. Evita por eso cruzar los brazos, tocarte la cara o el pelo o guardar las manos en los bolsillos, porque son señales inconscientes de nerviosismo.

Si no sabes qué hacer con las manos, déjalas caer a lo largo del cuerpo y deja así que naturalmente acompañen el discurso, sin forzarlo.


7. Encuentra un lugar auténtico desde el que hacerlo. La clave está en concentrarnos en lo que decimos, y no en la imagen que estamos dando, con presencia y con consciencia de lo que estamos diciendo. Es decir, dejando de lado el ego y atendiendo a la coherencia del discurso.


8. Y, por último, lánzate a la piscina, a hablar en público se aprende hablando en público.


                      ¿Cómo funciona? 

Si necesitas acompañamiento, elles Coach puede ofrecértelo a través de un proceso de coaching individual o de uno de nuestros Talleres.
 
Trabajaremos los tres dominios: Emoción, Lenguaje y Cuerpo.
 
Nuestra teoría es que el cambio se produce en el cuerpo. Un primer paso en el aprendizaje cognitivo es darse cuenta, pero hasta que no pasamos a la acción no se integra en el cuerpo. Puedo tener una creencia en la cabeza, pero un bloqueo en el cuerpo. Desde la neurociencia se ha demostrado que para integrar un hábito, creencia, mapa o paradigma nuevo, necesito repetirlo cuantas más veces mejor día a día.  Cuando nuestro cuerpo empieza a actuar de una manera distinta es ahí donde se produce el aprendizaje sostenible en el tiempo. ¿Te animas a probar?

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