Diseño del blog

El blog de 
ellas Coach


La automotivación: un pilar fundamental

La RAE define la motivación como “el conjunto de factores externos e internos que determinan en parte las acciones de una persona”. Por ejemplo, nuestros familiares, amigos, hijos, jefes o compañeros pueden ser grandes fuentes de motivación externa. Y nosotros mismos y nuestra propia voluntad, energía, pasión y aspiración son una fuente de motivación interna

Según Daniel Goleman, la motivación interna o la automotivación es uno de los cinco pilares de la inteligencia emocional
¿Qué es la automotivación? Es esa capacidad que podemos tener y/o desarrollar los seres humanos para que el origen de la motivación de nuestras acciones sea intrínseco y emana principalmente de nosotros mismos, sin lugar a duda, un pilar fundamental.  

¿Por qué? Porque tenernos a nosotros mismos como principal fuente de motivación es un motor seguro, autónomo e independiente al que podemos tener acceso (¡casi!) siempre. Por supuesto, los factores externos de motivación también son importantes y muy estimulantes siempre y cuando no sean el motor principal. 

Todo esto está muy bien, pero ¿qué pasa cuando estoy desmotivado? Claro, nos pasa a todos, hay días con y días sin. Hay etapas de energía alta y etapas de energía baja…como las estaciones, es algo biológico y mental, físico y emocional que todos y todas vivimos

Por ejemplo, por muchísimo que me guste mi trabajo, hay momentos más flojos y más bajos de energía. No, el ser humano no puede estar al 100% siempre, always, toujours...¡Eso sería inhumano!

Ahora bien, la buena noticia con la automotivación es que si somos nuestro principal motor de motivación, entonces también somos responsables y capaces de volver a “encenderlo” después de una etapa baja pues ¡está principalmente en nuestras manos! 

¿Cómo mantener (o volver a encender) la automotivación? Existen muchísimas formas, algunas funcionan mejor para algunos y otras para otros, ¡aquí dejo algunas propuestas en modo self-service!
  • Establece un objetivo claro y específico: preferiblemente un objetivo que te guste, que te interese y que te estimule…pero ya sabemos que no siempre es posible. En este caso, sigue leyendo...
  • Divide este objetivo en pequeños pasos realistas y alcanzables (los famosos "babysteps"). Elige algunos que sí te motiven y/o haz que los que no te entusiasmen tanto, los puedas vivir con algo motivador (escuchando tu música preferida...)
  • Mide tu progreso: para saber cuánto te estas acercando a tu meta (¡o no!) y si hay algo que corregir, con flexibilidad y autocompasión y así poder ayudarte a seguir adelante con determinación y motivación. 
  • Deja espacio (y permiso) para la imperfección: las cosas nos siempre salen como nos gustaría. Para seguir o volver a estar automotivado, es importante planificar con las piedras que te puedes encontrar en el camino para no darles el poder de desmotivarnos.
  • ¡Celebra y date una recompensa para los grandes logros como para los pequeños! Y si se trata de un objetivo que no sea lo más motivador para ti, planifica alguna recompensa a medio camino. Por ejemplo, si he de hacer mi contabilidad – y digamos que no es que sea algo que me motive particularmente – puedo dividir esta tarea en dos partes y darme un quality time en el medio: leer un trocito de mi libro favorito con un té, dar un paseo para recargar las pilas…(al gusto del consumidor). 
Por otro lado, es importante recordar que la automotivación se complementa a la perfección con la motivación externa así que también puedes: 
  • Hacer público tu objetivo: ¡compártelo para hacerlo más real, más tangible y crear mayor compromiso hacia ti mismo y hacia los demás! 
  • Contar con ayuda externa: ¿algún mentor o amigo que tenga experiencia en esto que te propones? 
  • Llamar a tu “joker”: aquella persona de tu entorno que sabes que conseguirá escucharte, entenderte y ayudarte a volver a encender tu propio motor. 
  • Practicar la gratitud con los demás y tu entorno y contigo mismo  Ya te he hablado del ejercicio de “Three Good things” en este artículo
Y si realmente ves que sigues desmotivado, las siguientes reflexiones básicas quizás te puedan ayudar y encaminar: 
  • ¿Para qué? A veces, estamos muy metidos en algún proyecto o tarea y perdemos el "norte". Nos puede ayudar parar y elevarnos de la tarea para adoptar una “vista de helicóptero” y volver al propósito, el para qué estoy haciendo esto que no me motiva. Si con esta reflexión vuelves a conectar con la motivación, es que estás en buen camino. Si aún así no lo consigues, es muy probable que no tenga gran sentido para ti y explicaría entonces tu desmotivación. Para volver a la automotivación, ¿cómo sería pasar página (no siempre es fácil), y volver a buscar y conectar con tu propósito?
  • ¿Cuál es tu mayor freno/bloqueo? Le podemos dar la vuelta y preguntarnos "¿qué es lo que me está impidiendo avanzar?" ¿La falta de tiempo, de sueño o quizás la falta de seguridad? ¡Encuentra el verdadero freno para poder volver a avanzar!
  • ¿Es un gran problema o un pequeño problema? Esa es la frase que mi suegro les preguntaba a mis hijos cuando eran pequeños y que se frustraban con algo. Y creo que la misma reflexión nos puede valer de adultos - a veces el mayor freno es enfrentarse a una tarea demasiado grande y ambiciosa como si fuera una pequeña tarea– un tip en estos casos es dividir esta tarea o proyecto en pequeños retos para poder seguir avanzando sin desmotivarnos
  • ¿Cuál es el próximo paso? A veces nos desmotivamos y dejamos de avanzar o nos ralentizamos mucho por qué no sabemos adónde vamos o no estamos convencidos del rumbo. ¿Tienes claro cuál es el próximo paso?
  • ¿Tienes las herramientas correctas? Creo que no hay nada más frustrante que avanzar con herramientas defectuosas, lentas o que hay que reparar continuamente - sea un ordenador o una herramienta de jardinería – es horroroso y muy desmotivador. ¡Asegúrate de tener las herramientas correctas y eficientes a mano!
  • ¿Cuándo fue tu último momento de máxima motivación? Haz memoria y apóyate en tus éxitos y en las herramientas e ingredientes que utilizaste para sacar tu automotivación a su máximo potencial y ¡construir sobre la fuerza de esta buena experiencia!
  • ¿Acabas de volver de vacaciones? Hay periodos también más difíciles que otros, en nuestro artículo publicado en Cosmopolitan España, compartimos algunos tips para potenciar nuestra motivación después de un periodo vacacional
¿Y tú qué haces para mantener la automotivación? Y con qué recursos externos cuentas para complementar tu motivación? 

 



Por Leïla Salamat - de Blignières 31 oct, 2024
Es un concepto que traemos en todo lo que hacemos desde ellas Coach tras tratar una temática o situación concreta, preguntamos ¿cuáles son los pequeños cambios que quieres llevar a cabo? Empezar con pequeños pasos, de un nivel de intensidad y dificultad razonables es clave para no procrastinar y empezar desde ya y no desmotivarnos y abandonar en el camino. Siempre animamos a que estos baby steps sean lo más SMART posible. Me gusta siempre ponerlo desde la perspectiva de las 4 fases del aprendizaje de M. BROADWELL que explique en este artículo y que recuerdo por aquí: • Incompetente inconsciente : no soy consciente de mi “incompetencia”, es decir, no sé que no sé. • Incompetente consciente : ya me he dado cuenta de que no sé por lo que me pregunto qué es lo que quiero hacer con esta nueva información: lo quiero cambiar o me compensa más seguir como estaba. Si decido cambiar algo, entonces pongo en marcha un plan de acción que me lleva al siguiente escalón: • Competente consciente : y poco a poco, a base de baby steps, poniendo atención, siguiendo conscientemente un plan, de acción probando cosas nuevas y ajustando cuando no me funciona algún experimento (¡con auto compasión siempre!), empiezo a ser competente. Poco a poco, creo un nuevo hábito, una nueva competencia. • Competente inconsciente : cuando ya hemos implementado el hábito hasta tal punto que lo tenemos literalmente incorporado (incorporado viene de in corpore , dentro del cuerpo), y no necesitamos pensarlo o planificarlo conscientemente. Esta nueva competencia, este nuevo hábito, se convierte una rutina. Podemos situar estos babysteps, estos pequeños cambios en el escalón 3, el escalón del “competente consciente” – y como dice el gran Einstein “ es una locura seguir haciendo lo mismo y querer obtener resultados diferentes ” así que nos podemos proponer explorar, probar, testar nuevas formas de hacer, ver o “juzgar” las cosas . Suena fácil, pero requiere un esfuerzo consciente hasta convertirlo en un hábito, es decir llegar al escalón 4 de Broadwell, en la “competencia inconsciente”. Estamos acabando el mes de octubre, el mes que para mí significa la verdadera vuelta a la “normalidad”, la vuelta a cierta estabilidad tras el verano, la vuelta al cole y al trabajo. Es un mes perfecto para establecer ciertos cambios, elegir conscientemente algunos baby steps SMART para alcanzar mis metas profesionales y personales . Yo me di cuenta de que tengo una gran tendencia a seguir el ritmo frenético de nuestra sociedad VUCA (Volátil, llena de Incertidumbre, Compleja y Ambigua por sus siglas en ingles), una sociedad aceleradísima…y me veo inmersa en su flujo infinito de “to do´s” por inercia . Uno de mis objetivos es poner consciencia en ello y acercarme al “slow living” aunque solo sea de vez en cuando y poder alternar entre el modo fast y slow . Por ejemplo, he dejado el primer café de la mañana…ya, claro, para muchos esto no significará nada espectacular. ¡ Para mi marca un antes y un después entre una mañana a ritmo “biológico”, un despertar mental y físico muuuucho más lento y una mañana que empieza a ritmo “cafeinado”! Llevo casi un mes, y hasta hoy echo algo de menos el subidón que me daba mi primera taza de café. Era la primera cosa que ofrecía a mi cuerpo tras entre 6 y 9 horas de descanso, ¡iba directa al oro negro y mágico que me ponía en marcha y a tope para estar en el hacer, hacer y hacer un poco más! Y a la vez, veo también lo antinatural que resultaba este chute de cafeína provocando cierto nerviosismo instantáneo que empecé a notar en la aceleración de los latidos de mi corazón pocos días antes de pausar este hábito. Tambien, me he propuesto poner mucha atención en mi reactividad , es un verdadero esfuerzo de consciencia proponerme ver dónde puedo responder en vez de reaccionar. Como dice Viktor Frankl , la diferencia entre reaccionar y responder es un espacio de tiempo “en este espacio tenemos el poder de decidir nuestra respuesta. En nuestra respuesta se encuentra nuestro crecimiento y nuestra libertad. ” …y por esto tengo post-its, alarmas en el móvil, una cruz dibujada en mi mano izquierda como recordatorios para parar y usar esta libertad de la que habla Frankl y seguir creciendo como persona, madre, esposa, amiga… Y por último, me di cuenta de lo que me decía mi voz interna (¡a veces hasta me lo gritaba!) llena de juicio y de creencia limitante “ si no estas en el hacer, no estas siendo productivida, estas haciéndote la vaga, venga muévete ”. Tengo otro post-it que me recuerda la necesidad de alternar entre el hacer y parar . Parar desde el disfrute , el disfrute de no hacer NADA sin juicio para seguir en el camino de la gestión de la energía como comentaba en este articulo (https://www.ellascoach.com/legitimar-la-pausa-regulacion-de-la-energia). Y tú, ¿cómo has empezado el otoño? ¡¿De qué hojitas te vas a desprender para seguir creciendo?!
Por Laura González Ortiz de Zárate 15 jun, 2024
¿Alguna vez has sentido una crisis vital fuerte?, ¿algo que sucede en tu vida e irrumpe con tu supuesta tranquilidad? Te cuento las razones más habituales por las cuales empezamos un proceso de Coaching.
Por Leïla Salamat - de Blignières 23 may, 2024
Una de las cosas que más trabajo últimamente en sesiones individuales es “aprender a decir NO”. Cuanto escuchamos (¡y decimos!) esta frase y qué difícil es aplicarla de verdad, siendo auténticas con nosotras mismas , y sin herir a la otra persona, sin ser o temer aparentar ser una persona egoísta , borde, “poca compañera de sus compañeros” …. Decidir si quiero decir que sí o que no sabiendo que en ambos casos habrá costes y beneficios, es ante todo ser honesta y auténtica con una misma . Cuantas veces, me he oído decir SÍ por inercia, por automatismo, casi como un reflejo: “sin problema”, “claro, mándamelo, me encargo yo”, “por supuesto, para ti siempre tengo un rato” … y luego arrepentirme por no tener tiempo para lo mío o enfadarme por tener que quedarme hasta las mil para poder acabar con mis propios compromisos y prioridades 😊 ¿Os suena? Aprender a decir NO, es un largo camino , desde la autoconsciencia y la voluntad de cambiar , desde el propósito y disfrute de serme leal , de estar conectada conmigo misma , de saber escuchar y entenderme . Un largo camino que cada una de nosotras puede comenzar a su ritmo, según su punto de partida. Durante mucho tiempo, asociaba el decir que no al egoísmo . Si buscamos la definición de esta palabra “fea”, la RAE nos dice “inmoderado y excesivo amor a sí mismo, que hace atender desmedidamente al propio interés, sin cuidarse del de los demás” Culturalmente, no está bien visto decir NO , “hay que ayudar al prójimo” ,ser solidarias y generosas. Sin embargo, si nos fijamos en la definición del egoísmo con cierta distancia emocional y cierto nivel de objetividad , podemos apreciar el abismo entre decir no y ese “ excesivo amor a sí mismo ” y esa necesidad de “ atender desmedidamente al propio interés ”. ¡Una cosa no implica necesariamente la otra! Hace unos años, en el diccionario de ellasCoach definía la asertividad como “la habilidad de una persona a expresar su opinión, defender sus derechos de forma directa y respetuosa, sin intención de herir al otro” Para mí, ubicarme en la escala de la asertividad fue un ejercicio y una herramienta de una grandísima ayuda y la uso muchísimo en mis sesiones de coaching. En esta escala el equilibrio está en el medio, en la asertividad ; punto en el cual conseguimos escucharnos y comunicarnos con respeto y empatía para defender nuestras opiniones, trasladar nuestras expectativas o dar un feedback , y estamos abiertas al punto de vista del otro : la comunicación fluye . Sin embargo, me atrevería decir que la asertividad no es “natural” y que solemos estar en uno de los polos opuestos, - en la pasividad : digo que sí aun pensando no, o simplemente me callo, no opino, me ajusto a lo que dice la mayoría. No hay comunicación por mi parte y esto puede provocar resentimiento y enfado en mi. - en la agresividad : hablo con vehemencia, impongo mi punto de vista o me cierro al punto de vista del otro. Bloqueo la comunicación pues o bien se hace unilateral o provoca agresividad en respuesta por parte del interlocutor. Todos tenemos una preferencia y adoptaremos naturalmente más una respuesta de nivel 10 (agresividad) o de un nivel un 0 (pasividad) . Por lo tanto, la primera parte del ejercicio es ubicarnos en esta escala, ¡puede ser diferente según los entornos en los que me muevo (familia, trabajo, amigos, etc.) o no! Digo un ejercicio porque, para mí, realmente supuso (¡y sigue suponiendo en algunos contextos!) un esfuerzo, a veces lo consigo y otras no . Y está muy bien así, en todos los casos, hoy puedo verlo, pararme y reflexionar sobre lo que me ha permitido ser asertiva o lo que me lo ha impedido para así, poco a poco, poder entenderme y conocerme mejor preguntándome: ¿en qué situaciones me cuesta más? ¿Es más, con la familia? ¿En el trabajo? ¿Con los amigos? ¿Qué siento? ¿Qué me digo? ¿Y qué es lo que temo? A esta última pregunta, hablando con mis coachees , lo que más suele haber debajo de esta incapacidad a decir NO, es que nuestros interlocutores: piensen que soy una egoísta se ofendan no vuelvan a contar conmigo se dañe la relación piensen que no soy capaz Y si vamos un paso más allá, en la profundidad, siendo seres sociales con necesidad de pertenencia, lo que suele acabar saliendo es que tememos que dejen de apreciarnos, de valorarnos y de querernos . Al principio, para mí, estos motivos me eran completamente ajenos: “hombre, no, yo lo hago para ayudar, no hay que darles tantas vueltas a las cosas”. Poco a poco, haciendo el ejercicio en los diferentes contextos de mi vida, sí que había algo de estas aprensiones. Gracias a un gran maestro mío, hoy a mí me gusta verlo como dos caras de la misma moneda: SÍ / NO . Si digo que sí a la otra persona, me digo que no a mí misma : ¿a qué renuncio?, ¿Qué coste tiene?, ¿Me compensa asumir este coste? Si digo que no a la otra persona, me digo que sí a mí misma : ¿en qué me beneficia?, ¿Qué coste tiene para la otra persona?, ¿Y para nuestra relación?, ¿Me compensa? Puedo/quiero compensárselo a la otra persona con un "sí, pero ahora no.."? ¿Te atreves a probar el ejercicio? Te invito a reflexionar sobre ello y a ubicarte en la escala de la asertividad 😊
Por Laura González Ortiz de Zárate 16 abr, 2024
¿Algunas vez has visto sufrir a tu hijo o hija y te han entrado ganas de hacer "lo que haga falta" para evitarle su dolor? ¿te cuesta dejarle espacio para que gane en autonomía a la vez que quieres darle herramientas para que pueda evolucionar y crecer? ¡Te cuento un poco sobre esto y te dejo algunas ideas para poner en práctica!
Por Leïla Salamat - de Blignières 20 mar, 2024
Siento recordaros que, como seres humanos, nuestra energía es finita…sí, por mucho que a veces nos gustaría, no podemos estar a tope las 24 horas del día. Todos somos diferentes y tenemos necesidades variables, algunos necesitan dormir algo más que otros, algunos son matutinos y otros vespertinos, etc. En todo caso, el ser humano necesita alternar entre períodos de rendimiento y de descanso.
Por Laura González Ortiz de Zárate 16 feb, 2024
Uno de los retos a los que nos enfrentamos los seres humanos es el cambio. En las sesiones de Coaching nuestros clientes tienen un aprendizaje cognitivo, algo de lo que se dan cuenta y que, de alguna manera, quieren que cambiar. ¿Qué sucede? Que solo con el “darse cuenta” no es suficiente para que el cambio y la transformación se produzcan.
Ver más entradas
Share by: